
Quién diría que un martes, como hoy, rutinario, agetreado, medio gris, concluiría con una noche tan llena de risas y suspiros husrtados...que sus ojos, que sus manos, que su voz, que el frío que las historias, que el soroche, que la fiel amante la noche...el tiempo que nos alejó y nos ha vuelto a unir, bendito tiempo que dispones de nosotros cual marionetas de un gran titiritero, que de cada fino hilo cuelga una sombra del pasado, un mano del presente y un espejismo del futuro...que locura!
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